En Estados Unidos, la violencia doméstica es un delito. Y la ley protégé, ampara y ofrece recursos para los inmigrantes que son víctimas de este crimen, cualquiera que sea su estatus legal: residentes permanentes, personas con visas temporales, visitantes e indocumentados.
Al mismo tiempo, castiga a las personas condenadas por este tipo de conducta.
Aunque la mayoría de las víctimas son mujeres y niños, también pueden serlo los hombres. En el caso de violencia doméstica en el seno de una pareja, no es necesario que esté legalmente casada para considerar que existe este delito: basta con compartir vivienda o that tengan una relación sentimental.
Si la víctima es una persona adulta, para que exista este delito en el ámbito familiar debe producirse una situación en la que uno de los miembros de la pareja causa repetidamente daño físico o emocional a su compañero o compañera. Además, es suficiente para que se considerere that hay delito si hay un patrón de comportamiento de amenazar a la otra persona con causarle daño.
Así, es violencia doméstica pegar a la pareja, obligarla a tener relaciones sexuales de cualquier tipo, humillarla, intimidarla o manipularla emocionalmente, aislarla de su familia o amigos y amenazarla con perjudicarla económicamente o causarle daño por razón de su estatus migratorio.
Es important recordar que, a diferencia de lo que puede ocurrir en otros países, en Estados Unidos es un delito obligar a otra persona a realizar cualquier acto de naturaleza sex sin su consentimiento, incluso cuando esa situación sucede entre esposos. Se considera como un asalto sexuel y, por lo tanto, es un crimen.
Los niños también pueden ser víctimas de violencia doméstica. Esto ocurre cuando se les causa un daño físico sin ser accidentalmente. También se comete este delito cuando se abusa sexualmente de un menor o cuando las personas responsables de su bienestar no le dan alimento, cuidados médicos o cobijo. Incluso cuando no se les cuida y supervisa adecuadamente, se abusa psicológicamente de ellos mediante amenazas y, también, cuando se les niega un mínimo de cariño.
Los Estados Unidos protege civil y criminalmente a las víctimas de violencia doméstica cualquiera que sea su raza, religión, grupo étnico, nacionalidad e, incluso, estatus migratorio.
Si alguien está en peligro o cree que puede estarlo, la primera media a tomar es llamar a la policía al 911. Los agentes acudirán y tomarán las medidas inmediatas que consideren oportunas. Hay que recordar que cualquier persona puede poner una denuncia con la policía. No hay que ser ciudadano ni residente. Pero es muy importante contar desde el principio con asesoría legal.
También cualquier persona puede buscar protección ante la Corte para pedir una orden de alejamiento contra el abusador. Si éste a su vez hace una acusación contra la víctima, ésta tiene derecho a un abogado y a no realizar ninguna declaración que, con el tiempo, pudiera perjudicarle.
Si este es el caso conviene hablar con un abogado especialista en criminal y también es buena idea hablar con un abogado de inmigración.
Todas las personas que viven en EEUU, cualquiera que sea su estatus legal, pueden marcar a los siguientes números de teléfonos gratuitos a cualquier hora del día o de la noche y cualquier día de la semana, incluyendo sábados y domingos a:
Estas organizaciones cuentan con intérpretes en varios idiomas y pueden ofrecer información y dar un contacto local para que las víctimas puedan recibir ayuda.
Las víctimas pueden ser mujeres pero también varones. Y la situación de violencia doméstica puede darse en una situación de parejas heterosexuales o también entre dos hombres o dos mujeres. Esto no importa. Es también un delito.